ÁNGELES CAÍDOS

Y salieron los demonios mientras los ángeles dormían,

porque perdieron el miedo a la oscuridad y a todo lo que la rodea,

asechando almas vagabundas de personas perdidas,

allí me encontraron.

Era uno mas con el corazón roto,

uno mas que entendió que el dolor es mas fuerte cuando es de adentro.

Sonaba esa música oscura, como ecos en el silencio,

mientras esos cuerpos lacerados por el dolor me rodeaban...

Ella me llamo mucho la atención hasta atraparme, esos ojos llenos de maldad, tras un atractivo rostro...

En segundos la sangre empezó a brotar como un manantial de vida de los brazos y cuello,

mientras ella saciaba su sed de maldad y mi vida cesaba...

Irresistible encanto maléfico del cual no puedo salir...

Y ahora estoy condenado a ser uno de ellos,

otra bestia sedienta de vidas, escondida en una hermosa figura humana de la cual no puedes resistirte.

Extraños signos incomprensibles aun aparecían en mi piel,

y una lágrima de sangre oscura recorría mi rostro como memorando al alma que abandono mi cuerpo terrenal, convirtiéndome en esa criatura hermosa y maligna que por un lado me atraía y por otro me causaba pánico.

De ahora en adelante estaba obligado a nadar en océanos de sangre y dolor ajenos.

Entre sedas y talismanes descansare eternamente, pero esa noche que te vi, supe que serias mi mas importante presa...

Al no poder causarte daño comprendí que debería cuidarte de otros como yo por el resto de tu vida.

Pudiendo contemplarte en tus sueños, teniendo que pagar el tan alto precio de jamas poder confesar que me he enamorado de un ángel,

luchando contra mi sed y mis instintos mas primitivos, del cazador en el que me he convertido, para poder custodiarla.

Puedo saborear hasta lo mas profundo del alma, que ya no me pertenece, el sufrimiento ajeno,

pudiendo oler hasta el vestigio mas ínfimo de temor a través de la piel de las presas que asecho,

si bien saben que estoy por ahí, pueden sentirme,

no les doy la posibilidad de verme hasta que es demasiado tarde.

Tengo el poder de conseguir que a voluntad, entreguen sus fluidos corporales, para que pueda saciarme a costa de sus vidas.

Pero no tengo el valor de condenarte a que seas algo como yo

por el solo hecho de estar contigo por toda la eternidad.

Aunque tampoco puedo resignarme a verte cada noche descansar entre nubes mientras que las tinieblas me atrapan y me separan de tu imagen celestial.

Este sufrimiento es mas fuerte que el haber perdido mi alma,

peor aun el saber que tu me captas, sientes que te amo y te has enamorado de mi,

una hermosa bestia que solo causa dolor.

Resignaste tus alas porque te dolían al no tenerme y solo nos queda alejarnos de esta realidad.

Hiciste la prueba mas importante de amor,

condenaste tu propia alma celestial para acompañarme en el camino del dolor,

te convertiste en una fiera voraz tan sádica como loca,

jamas pensé que serias capas de tales atrocidades y me encanta,

me encanta entrelazar nuestros cuerpos en una lujuria desenfrenada sin medidas.

Entendí lo que es de manera poética renacer de las cenizas,

ya que resignaste tu luz para que en la oscuridad se difunda nuestro amor.

Nuestras vestiduras son negras y macabra es siempre nuestra presencia, nuestro toque particular.

En verdad se podría decir que somos ángeles caídos,

nada es lo que parece y nada parece lo que es.

Los pergaminos se han escritos en prosa de amor,

un supuesto amor prohibido entre un ángel y un demonio,

que por toda la eternidad hacen el macabro ritual de cultivar rosas negras en su jardín,

evocando lo que podrían haber sido, si el destino hubiera jugado de una manera diferente, 

Un amor perfecto.